jueves, 4 de octubre de 2007

Ida y vuelta del fin del mundo….














Ya sé que para muchos, nosotros ya estamos en el fin del mundo ;-) Pero después de este viaje por la parte Oeste de Australia (Western Australia), nos hemos dado cuenta de que existen lugares realmente aislados.


Nada mas llegar a Perth en avión, recogimos nuestro coche alquilado y enfilamos la carretera, rumbo al norte. A partir de ahí, carreteras eternas y ninguna civilización a la vista. Nuestra primera parada fue en Geraldton, donde nos alejamos en un hostal, que según la guía era encantador y según nosotros, estaba decrepito. Parada para dormir y cenar, probar las cervezas del lugar y coger fuerzas para el día siguiente.


La carretera, estaba cada vez mas solitaria y en seguida dejamos de ver pueblos a nuestro paso. El paisaje se convirtió en una estepa de tierra roja, con algunos matorrales, en la que de tanto en cuanto veíamos los cadáveres de canguros descuidados, que se habían atrevido a cruzar la carretera al atardecer.



Después de muuuuchos kilómetros, llegamos a Ningaloo Reef. Uno de los sitios mas turísticos de la costa oeste, por su población permanente de Mantas y sus arrecifes de coral. Los servicios de que dispone el pueblo son, y espero no olvidarme de ninguno, un hostal, un hotel, un camping y dos restaurantes-chiringuitos. Donde en España habríamos construido decenas de rascacielos, miles de chales y supermercados por doquier, aquí solo había lo mínimo. Después de recuperarnos del impacto y desear que el Pocero nunca descubra la localización de este lugar, empezamos a disfrutarlo. La playa es preciosa y tiene una bahía a la que llegan los tiburones al atardecer.


A la mañana siguiente fuimos a ver las mantas y… las vimos!!! Así como unos cuantos tiburoncitos, mientras hacíamos snorkel. Buceamos también al día siguiente, y tras hacer planes para volver en la temporada del tiburón ballena, nos pusimos en marcha para llegar a Shark Bay, otra reserva natural.



De camino, Clara demostró sus dotes de conductora, evitando atropellar en el ultimo momento a un Emu que se nos cruzaba, siguiendo eso si, las indicaciones de su mami… nunca gires el volante!!! El Emu, nos regateo en el ultimo minuto, y como por suerte no teníamos a ningún coche detrás (je, je, je no creo que seáis capaz de pillar la ironía de esta frase) no pasó nada.


De camino paramos en Hammelin Pool a ver las colonias de Estromatolitos, unos bichillos prehistóricos que se descubrieron aquí y que solo se pueden ver en un par de sitios en el mundo. Solo por ver el paisaje mereció la pena.





Denham, que es donde dormimos, era un pueblo algo más grande, como tres hostales y dos o tres restaurantes, además de un supermercado!!!. El atractivo que tiene es, que aquí los delfines se acercan a la playa a jugar con los hombres y bajo estricta supervisión, se pude interactuar con ellos. Vamos, que a tres privilegiados de los que se acercan a la playa, les dejan darles un mísero pescadito. Adivinar quienes fueron los afortunados…



También hicimos un crucero en el que además de enseñarnos cómo se cultivan las perlas (no comment), pudimos ver cantidad de delfines y dugones!!!!!! (Otro bicho raro para la lista).
Muy chulo la verdad.


Pero ya era hora de seguir bajando hacia Perth. Esta vez, paramos a comer en Kalbarri, otro parque nacional, y llegamos al atardecer a Cervantes, si si, habéis leído bien. Cervantes es un pueblito cercano a Perth, donde hay un desierto cubierto de Pináculos que es absolutamente mágico al atardecer.



Nos hartamos a hacer fotos, y a la vuelta entendimos el porqué de tantos canguros muerto en la carretera. Es empezar a atardecer y se empiezan a mover de un lado para otro, pero súper Clara estaba de nuevo al volante y no hicimos más que disfrutar de la vista. Una maravilla.
Ya estábamos al lado de Perth, así que al día siguiente nos dimos un paseo por el Swan Valley, llegando a tiempo a la más antigua taberna de la costa oeste para ver la final de footy!!!!! Y ponernos morados a chocolate en la fábrica local.



Cogimos la última habitación disponible que quedaba en Fremantle, un pueblito al sur de Perth y disfrutamos paseando por la ciudad.



Ultimo día, visita a Perth. Vimos una exposición fotográfica de animales, nos pusimos hasta arriba de comida japonesa y la intentamos bajar un poco paseando por el parque, mientras que mirábamos a la bahía.Como despedida, cena con langosta y al avión!!!

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